UNIENDO LOS PUNTOS

Mannel Perry
8 min readMay 9, 2020

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A MI FUTURO YO INVERSOR

Artículo escrito a finales de marzo de 2020.

Esta cuarentena está purgando demasiadas cosas. Buenas y malas. Necesarias algunas de ellas. Y nos está proporcionando tiempo.

Todos los que invertimos hemos soñado alguna vez con retirarnos del trabajo, aunque fuera una simple temporada, una excedencia que abriera una ventana hacia nuestra libertad. Lo que está claro es que desear cosas es peligroso, pues nunca sabes en qué forma o magnitud se presentarán. Y hete aquí que hemos pasado ese tiempo de libertad laboral encerrados entre cuatro paredes. Paradójico.

Los mercados financieros han visto una volatilidad que no sucedía desde hace 90 años. El cisne negro. El día de la bestia. El sueño de los osos de Wall Street. La verdad, no lo neguemos, todos los que tenemos nuestros ahorros en renta variable hemos vivido con vértigo los latigazos que nos propinaba este virus. Carteras que bajaban un 8 o un 10% diario, para subir un 5% al día siguiente, y volver a lanzarnos al vacío otro 12% el posterior. Un viaje no apto para cualquiera. Ni siquiera con Biodramina.

En redes sociales hemos visto la caída de muchos “inversores influencers”. Bloggers, tuiteros, gestores de fondos, personajes virtuales que aclamaban unas convicciones inversoras inquebrantables, decididos a invertir todo su capital si alguna vez llegara una corrección severa, salían despavoridos, vendiendo, cerrando posiciones, acumulando efectivo porque no lo veían claro….incluso algunos, más nerviosos que pacientes, terminaron, como sabiamente relató mi buen amigo @dividendorentable, muertos por margen.

No negaré que durante esos días yo mismo miraba los datos de mi cartera con más asiduidad que de costumbre, e impresionaba ver cómo de un día para otro la cartera subía o bajaba por importes con los que podrías comprarte un coche. Pero con la misma sinceridad he de deciros que en ningún momento pensé que era momento de recoger velas.

Está claro que uno debe saber capear el temporal, pero el momento de hacerlo, el momento de preparar el barco, no es justo en mitad de la tormenta. Hay que estar preparado mucho antes. Y es aquí donde lo que he venido escribiendo desde hace muchos años sobre la importancia de tener la cartera con un núcleo sólido de empresas del sector consumo ha cobrado más sentido que nunca. Hemos visto como sectores industriales, REITS, energía, caían a cuchillo, dejando poco margen de reacción, mientras las aburridas consumer staples, nuestras Procter and Gamble, nuestras Kimberly Clark, nuestras Colgate, nuestras Johnson and Johnson, por nombrar algunas, aguantaban magníficamente los embates del miedo y la codicia.

Tampoco ha sido tiempo de guardar dinero, de esperar a ver hasta dónde llega esto. Entiendo que hay quien disfruta de ese juego. Quien cree que alguna gráfica o indicador puede hacerle adivinar dónde está el suelo y cuando, por tanto, es momento de invertir. Pero no es mi manera de actuar. Hace tiempo que como más cómodo me siento es estando invertido. La fase de invertir sólo el dinero del que puedo prescindir quedó ya muy atrás. Siempre ha habido razones para vender, como pueden ver en el gráfico que aquí les presento. Pero las razones para mantener han sido aún mayores.

Entiendo que lo mejor que un inversor medio puede hacer es seguir invirtiendo al mismo ritmo al que lo hacía antes. Se puede incluso aumentar la frecuencia de las compras si te sientes cómodo haciéndolo, pues los precios vistos han sido y son todavía, magníficos para el largo plazo. Al fin y al cabo, son esas compras periódicas haciendo un Dollar Cost Average las que nos darán buenos precios en un horizonte de diez, quince, veinte años. Se puede tener suerte y comprar en mínimos, pero salvo que hayas comprado de una vez todo lo que quieres tener en tu vida de esa empresa, esa compra servirá de poco porque invariablemente irás aumentando el precio medio de esa posición. Para mí, aumentar el precio medio de algunas de mis posiciones me otorga una felicidad difícil de explicar. Me demuestra matemáticamente que la decisión que tomé al incorporar esa empresa a mi cartera fue acertada pues ha ido aumentando de valor con el tiempo, incrementando mi patrimonio y regalándome buenos dividendos crecientes. Ponderar a la baja, aunque interesante en momentos de crisis, puede resultar arriesgado si la empresa no está a la altura. Todos conocemos ejemplos de sobra para enmarcar en esta categoría.

Esta crisis, sin embargo, nos ha regalado precios asombrosos. Empresas difíciles de no comprar. Y es que cuando todo cae, cuando las gráficas rojas no son por un mal proceder de la empresa sino que se demuestran algo global no atribuible a la gestión particular, es el momento de acumular todo lo que podamos. Y entre todo lo que los mercados nos ofrecen, cada uno debería elegir aquello que más se adecue al perfil de su cartera y que refuerce más el sector o sectores que precisen apuntalamiento.

En lo que a mí respecta, esta crisis me ha servido para reforzar claramente tres sectores de mi cartera. La cantidad invertida entre febrero y mayo ha sido tres veces mayor de la invertida en los mismos meses el año anterior.

El primer sector que se ha visto reforzado ha sido el defensivo. Ya era el sector principal del FundPerry, con más de un 53% del valor total. Aún así he considerado que debía seguir aportando a valores del los distintos subsectores defensivos.

Defensivo/Utilities: hemos visto de nuevo precios muy buenos en utilities tanto españolas como americanas, así que he ampliado Enbridge, Dominion Energy, Enagás, Red Eléctrica, Iberdrola, Naturgy.

Defensivo/Consumer Staples: en menor medida que las anteriores porque han caído menos de precio, pero también he comprado Procter and Gamble, General Mills, Kimberly Clark, Diageo, Pernod Ricard, Coca Cola, Pepsi, Altria y Phillip Morris.

Defensivo/Healthcare: he podido ampliar Johnson&Johnson, Pfizer y GlaxoSmithKlein.

Defensivo/Communication: sólo amplié AT&T. No encontré el momento ni el cash para ampliar mi posición en Verizon.

En el segundo sector, el sensible al ciclo o Sensitive, me he centrado principalmente en el subsector energético. En el subsector industrial también he podido comprar algo, pero este ha sufrido menores caídas, así que las compras han ido en menor proporción.

Sensitive/Industrial: algunas compras en Illinois Tool Works, IBM, Texas Instruments, Cisco, MMM y Watsco.

Sensitive/Energía: Las compras en Exxon Mobile han sido importantes. Ver a esta aristócrata cotizar a estos precios ha sido para mí un no-brainer y he estado comprando en el rango de los treinta y pico y cuarenta y pocos dólares una buena cantidad, hasta hacerla una de las posiciones más importantes de mi cartera. También he comprado Royal Dutch Shell, la cual recortó el dividendo un 66% en previsión de la reducción del consumo y la ralentización industrial. Es algo que no me preocupa por algo que desarrollaré más tarde.

El tercer sector de mi cartera, el Cíclico, también ha recibido una buena cantidad de dinero a repartir entre empresa que considero muy sólidas.

Cíclico/Financiero: aquí la compras, también en pequeñas cantidades y repartidas a lo largo de los dos últimos meses han ido a parar a Blackstone, T-Rowe Price y la aseguradora francesa Axa.

Cíclico/Consumo Cíclico: aquí las compras se repartieron prácticamente a partes iguales entre mis tres posiciones preferidas de este sector que son Inditex, Starbucks y Restaurant Brands.

Cíclico/REITS: posiblemente el sector más castigado, junto con el energético. El cierre impuesto por los gobiernos de prácticamente todos los países ha ocasionado que muchos de los inquilinos de los centros comerciales hayan incurrido en impagos o aplazamientos, lastrando enormemente los balances de las empresas REIT. Incluso REITS especializados en residencias de ancianos como Welltower y Ventas, y otros con portafolios muy diversificados como Realty Income, han visto sus cuentas golpeadas. Pero sin duda los más castigados han sido los REITS especializados en centros de ocio y comerciales. Simon Property Group, Unibail Rodamco Westerfield, Brookfield Property Partners, han sufrido castigos superiores al 50%.

En este sector mis compras han sido concentradas en BPY y SPG, pues los considero muy bien gestionados y con planes de futuro que me gustan mucho. Especialmente SPG, tras la adquisición de Taubman Group será una de las mejores compras que habré podido hacer en esta crisis. Veremos.

Quisiera resaltar antes de concluir, que las oportunidades que hemos tenido han sido de una magnitud tal que en unos años alucinaremos literalmente. Estoy seguro que muchos de los que ahora no se han atrevido a comprar Exxon, SPG, Altria, Enbridge porque no lo veían claro, terminarán comprándolas más caras más adelante. Está bien ser sensato, ser precavido y no comprar cualquier cosa a cualquier precio pero estamos ante aristócratas del dividendo. Empresas que han demostrado que ni los gobiernos, ni los reguladores, ni guerras ni crisis económicas han sido suficientes para hacerlas caer, para destruir el valor de su negocio.

Por poner un ejemplo, la última vez SPG estuvo tan barata fue en la crisis del 2008–2009, y en 5 años, pasó de 32,5 a 229 dólares: Eso es multiplicar por 7 veces la inversión en la empresa, pero es que el crecimiento del dividendo pasó de 3,6 dólares a 8,4 dólares.

Otros valores como Altria, Philip Morris, Exxon, han cotizado (y siguen haciéndolo) a precios tan buenos que el margen de seguridad comprándolas ahora es muy alto. Son empresas que generan unos flujos de caja de magnitudes enormes lo cual las hace especialmente resistentes a estos azotes temporales, pues con esos ingresos tan recurrentes les resulta especialmente sencillo financiarse a tipos muy bajos en los periodos donde las cosas se ponen complicadas. De hecho, las tabacaleras han vivido históricamente varios vaivenes de este tipo pues son uno de los sectores más controlados y siguen estoicos. Son un valor cucaracha (creo que el término también lo acuñó @DividendoRentable, no estoy del todo seguro). Es imposible acabar con ellos.

Exxon, por otro lado, es una empresa cíclica, también acostumbrada a esas variaciones de precio en función de la demanda del petróleo o las luchas internas de la OPEP. Sin embargo nunca ha fallado a la cita con sus accionistas al pagar el dividendo. De hecho, incluso en esta crisis ha anunciado el mantenimiento del dividendo con una posible subida en el último trimestre del año en función de cómo evolucione el sector.

Steve Jobs decía que no puedes conectar los puntos mirando hacia adelante; solo puedes hacerlo mirando hacia atrás. Así que tienes que confiar en que los puntos se conectarán de alguna forma en el futuro.

Los inversores corremos el riesgo de pensar que algunas de las cosas que hacemos, las decisiones que tomamos en determinados momentos de nuestras vidas, carecen de sentido, son arriesgadas y nos alejan de nuestro “destino” o lo que se supone que el universo tiene preparado para nosotros. Pero amigos, es imposible conectar los puntos mirando hacia delante…

Nuestro “yo inversor” del futuro es el único que se va a encargar de, una vez recorrido el camino, mirar hacia atrás y de valorar todas las inversiones, decisiones, y rotaciones que realizamos hoy. Solo entonces, puede que todo acabe cobrando sentido y sin haberlo planeado, todas estas compras en plena etapa COVID-19 acaben resultando ser piezas fundamentales del rompecabezas de nuestras vidas.

Acertar el suelo, como dije, es muy difícil, pero esta vez no tenemos excusa. Sabemos lo que sucedió en las grandes crisis del pasado y tenemos la capacidad de actuar ahora. Es el momento de empezar a unir los puntos.

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